VUTE 2020
Hace unos años co-escribí una obra con un nombre rimbombante haciendo alusión al punk rock como forma de innovación. La verdad me cambió bastante porque, aunque conocía los clásicos populares del punk, la verdad no sabía mucho sobre su historia, los grupos menos sonados, su evolución o la filosofía detrás del movimiento. Desde entonces, he adquirido un gusto por las formas de expresión que no son comerciales, en un mundo cada vez más descaradamente utilitario.
Es por eso que mis obras, hasta la fecha, son de distribución gratuita, en formato electrónico para que cualquiera, quien me honre con su tiempo, las pueda leer. Lo hago porque me produce placer, porque nadie esperaba que pudiera escribir algo coherente, porque es una forma de desafiar al mundo a considerar lo que es arte fuera de lo que los demás consideran realmente sea arte ortodoxo y elitista. Esta pasión por expresarme, me ha sacado de mi zona de comodidad, llevándome a experimentar en redes sociales con mi escritura y a compartir las maravillas del arte urbano que encuentro en mi tierra adoptiva, Chiriquí.
La temática general de la obra son vidas, muy variadas, y la muerte. Verán, soy patólogo y todos los días tengo que pensar en la muerte cuando tengo un cadáver en la mesa de autopsia y cuando tengo que dar una mala noticia por una biopsia. El denominador común es el sufrimiento, la enfermedad, el envejecimiento y, claro está, la propia condición humana: la vida como la conocemos. Esta perspectiva la he intentado plasmar en esta obra, particularmente con personajes considerados despreciables por todos. Despreciables en el sentido que no son personas con quienes te gustaría compartir un café o un asiento y, mucho menos, tu vida. Me he tomado el esfuerzo de describirlos para ocasionar tu desagrado pero, al mismo tiempo, llevarte por un relato que te haga sentir empatía por ellos. La mayoria de los personajes mueren, excepto uno que vive rodeado de muerte, uno que nunca realmente estuvo vivo y dos que mueren de una forma para renacer en otra. Pretendo, a través de mis palabras, crear empatía por ellos. Verlos como personas, igual que tu y yo, con virtudes y defectos, victorias y derrotas, alegrías y tristezas, placer y sufrimiento.
Toda la vida es preciada, pero vivirmos en un mundo que parece ponerle cifras monetarias a cada aspecto de nuestras vidas. Alguien decide cuánto valemos y todos cargamos una etiqueta con nuestro valor. No estoy de acuerdo con eso, aún cuando puedo entender esta postura. Sin embargo, creo que ambos, yo como escritor y tu como lector, podemos empezar a cambiar el mundo que nos rodea con algo de pasión y mucho esfuerzo.
El nombre de la obra es una mezcla de letras provenientes de las palabras “Vida” y “Muerte”. Curiosamente, entre ambas palabras se genera la palabra “Mierda”, hallazgo que me ocasionó gracia porque la vida o la muerte pueden ser una mierda en algunos aspectos. La otra palabra que se genera es “Vute”, que no tiene ningún significado en castellano. Así que además de haber escrito una obra que probablemente nadie leerá, que no me generará ni un céntimo en ganancia, habré ideado una palabra nueva que intente englobar los conceptos de vida y muerte. Espero que, a diferencia de “Mierda”, “Vute” sea una percepción positiva de vida y muerte.