Reseña

Vivir en el Central Dolores parecía ser la felicidad para Pelusa. Una casa al lado del camino bendecida por el sol y la brisa que entraba por sus doce ventanas y cuatro puertas, perfumada por los jazmines, las azucenas y las rosas también. La complicidad de abuelos (Tata y Lita) amorosos y divertidos parecía ser también sublime, pero todo cambió cuando conoció el mar. Playa Florida entró en su corazón junto con su casa de ensueños y moró siempre en sus recuerdos.
La vida de esta niña entre el Central Dolores y Playa Florida llenó sus años de infancia y así nos lo cuenta. Ay, esos cuentos de ese abuelo fabulador que dice alimentó un cerdo con ateje y luego en lugar de manteca dio goma de pegar, las historias del Loco de la mata de coco, del conjuro del haitianito para hacer volver las abejas, el aroma de los dulces que cocinaba la abuela Lita y esa harina con cangrejos que Tata movía mientras soñaba historias son recuerdos que comparte Pelusa para hacernos soñar porque de eso se trata mientras leemos este libro que te regalamos: de soñar.