Días de silencio
En Días de silencio el poeta reinventa la esperanza alrededor de una isla que vaga en una atmósfera displicente. Marcada por la resistencia, el destello de la memoria y los silencios profusos, la historia de un país, esa de puertas adentro, de angulosos rincones, retumba en estas páginas. “Yo pude ser otro, limitar cada palabra en sombra, / seguir nombrando lo que nadie escucha”, apunta el poeta mientras observa su vida. Sigiloso, persigue el ritmo de los tiempos: “Hay días que aguardan el cambio, / la mejora continua / para decir lo que ansiamos / y construirnos etiquetas y atuendos”.
Con recientes marcas de tinta, Días de silencio remitirá a los lectores a una poética desafiante en el contexto cultural cubano. El reto es válido. El momento, inspirador. Orquestada sobre un pentagrama de difíciles acordes, la mirada dista de la indulgencia. Ningún sentimiento aflora con ligereza. Tallados bajo el profundo desasosiego, el poeta hace nacer sus visiones. Autor cubano de joven verso, Eduardo Rodríguez Martínez logra con este conjunto perfilar las coordenadas de un fenómeno social y espiritual sin precedentes, donde el ser y su circunstancia vuelven a erigirse a través de referentes universales, y de esta manera, remitirnos a los nervios y la musculatura de una nación que se agiganta.