El enigma y el deseo
Todo comenzó en aquellos primeros años del siglo XIX en Santiago de Cuba. El señor Leroux llegó a la subasta que vendía a muy buen precio a aquella mestiza, casi una niña, de ojos asustados y sensuales. Poseerla y dominarla se convertiría en la obsesión de este hombre hasta doblegarla con su buen amor para luego perderla para siempre.
Lejos estaba toda aquella estirpe de origen francés, de saber que aquel encuentro sería una maldición para toda su descendencia. Tres generaciones después seguirán buscando en cada mujer aquella fragancia de canela, albahaca y ciruelas que encontró Nicolai Leroux en Odalys desde el mismo día que la vio tras su buró en una oficina de La Habana de finales del siglo XX… solo que este Leroux, esta vez, se juró que no la dejará escapar como hicieron sus antepasados aunque para ello tuviera que…