Los olores de la memoria
Todos los seres humanos deberíamos reconstruir nuestra historia familiar. Nos daríamos cuenta de que cada historia de familia es una novela con secretos, intrigas, momentos sublimes y desgarradores como los más apasionantes de las novelas que leemos o vemos. Usted quizás nunca lo haga pero Luisa Fernanda sí lo hizo. Sus raíces se esconden detrás de cada cortina de raso o de lienzo de sus ancestros, se manifiesta en cada entrada a escena de sus parientes-fantasmas, y se rebela en cada palabra autóctona o inventada por ella. Luisa se honra homenajeando a sus ancestros y nos saltan a la vista vidas interesantes, apasionadas, obstinadas, solitarias; pero vidas al fin que se fueron conectando hasta llegar a ella. Es un libro para disfrutar y entretener, para repasar historias que bien pudieran ser las de nuestros propios ancestros. Este texto es la muestra de que un buen libro no depende de contar una gran historia y sí del modo en que se narre y del tesón de quien lo escribe. Le dejo al amigo lector la invitación, después de leer el libro, de intentar armar su propia novela familiar. Nadie sabe si la suya es incluso más interesante.