Las miradas perdidas
Fina García Marruz sostiene que… la poesía no es otra cosa que el secreto de la vida (…) una instancia superior, acechando, juzgando, ennobleciendo, transparentando lo invisible. Y así coherentemente crea. Resulta un reto definir este secreto de vida que su poesía es, quizás el Padre Félix Varela nos da la clave cuando afirmaba que: “La idea más exacta es la que no se puede definir”. La certeza, sin embargo, es contar con el privilegio de este libro titulado Las miradas perdidas, que apuesta como único realismo por la misericordia y traspira un diálogo de humilde y conmovedora humanidad: “Ahora, que estamos solos, / infancia mía, / hablemos…” Convencida de que la poesía no está en lo nuevo desconocido sino en una dimensión nueva de lo conocido, o acaso, en una dimensión desconocida de lo evidente, la voz de esta mujer se oculta sin callar y sin hablar se revela, sabe que la unidad no es la suma, que lo profundo es lo que se manifiesta, que lo eterno está en lo fugaz, que belleza y justica no son nada si no lo son todo. Poesía que, al incorporar sin destruir, sirve al orden del mundo, a su luz. Este libro nos reafirma una idea de Cintio Vitier, “Sin los poetas (…) no habría patria que defender”. Un libro eternamente humano donde familia, naturaleza y poesía hacen la esencia que le permitirá al lector leer en la soledad de su cuarto o en la espera del amante, o simplemente en el recuerdo de los que no existen físicamente, pero regresan en lo más insignificante de las cosas comunes, un piano, una noche, una fragancia o un color, es el regalo de estás páginas de esta exquisita poeta cubana, acompañada del ritmo de su ternura.