Ágora
En el presente cuaderno poético de Milho Montenegro hay una batalla implícita contra las actitudes hegemónicas centrales, que arrojan brutalmente hacia las periferias desde los poderes de diferente índole las existencias que consideran descartables. El poeta congrega en el ágora de su voz a los expulsados. El poeta se sabe como ellos, entra en ellos como ellos mismos, como en él mismo, y a través de ellos y de él mismo muestra especularmente la deshumanización del centro que construye tales expulsiones. La poesía es el Virgilio que lo conduce, la lámpara que le permite la visión salvífica en medio de la caverna. El lector tiene en sus manos un cuaderno poético complejo y valiente, nocturno y solar, emocional y analítico, visceral y proyectivo, que entra en lo convulso para alcanzar una calma mayor. Lo humano es su norte, y su brújula, y su aureola más alta. En este punto de la travesía el lector tendrá compensación y enriquecimiento. Bien construido, con mucha consideración por las leyes de composición poética y por los atributos de la condición humana, el presente discurso revela un indiscutible talento. Y, sobre todo, una honda preocupación por el ser humano en medio de la lacerante escisión que ha establecido nuestra triste época.