Reseña

La dinámica cambiante de las relaciones de Panamá con la República Popular China ha cautivado la atención del mundo desde el 13 de junio de 2017, cuando el presidente Juan Carlos Varela anunció un cambio de reconocimiento diplomático a Beijing. El revuelo que causó en los titulares de todo el mundo provocó una respuesta apresurada por parte de Estados Unidos, tomada con la guardia baja, centrada en las fulminaciones admonitorias del Secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, de que el enredo financiero con China corría el riesgo de hundir a Panamá en una trampa de deuda. La subsiguiente prisa de Panamá por negociar un Tratado de Libre Comercio con China, junto con el compromiso de Beijing de construir un ferrocarril de alta velocidad en todo el país y otros proyectos de infraestructura, demostró ser el punto culminante de la cooperación bajo Varela. Las nuevas elecciones de mayo de 2019 trajeron un nuevo liderazgo bajo el presidente Laurentino Cortizo Cohen y, con eso, una reconsideración del abrazo total de Panamá a China. Con el inicio de la guerra comercial entre Estados Unidos y China y las conversaciones sobre una "nueva Guerra Fría", lo que está en juego para Panamá ha aumentado de manera constante.

Sin embargo, como este libro espera demostrar, los vínculos entre Panamá y China son más profundos de lo que podrían sugerir los titulares recientes, y se basan en fuertes lazos históricos y comunales que se remontan al siglo XIX. También está el incipiente interés comercial atestiguado por la importante inversión de Hong Kong y China en el Canal de Panamá desde la década de 1990. Beijing comparte con los funcionarios panameños una aguda conciencia de la importancia de Panamá y su icónico Canal como un centro crítico en el sistema de comercio global. Su cuidadosa gestión del alejamiento diplomático de Taiwán refleja un enfoque cauteloso hacia lo que Beijing percibe como un bastión de los intereses económicos y de seguridad vitales de Estados Unidos. La complacencia de la clase dirigente de la política exterior estadounidense ante las incursiones comerciales de China en Panamá hasta el apresurado cambio de relaciones diplomáticas ilustra lo lejos que se había alejado del sentido común geopolítico de Washington. La participación de China en el comercio del Canal de Panamá se había expandido enormemente mientras se convertía en la segunda economía y nación comercial más grande del mundo, reflejado en su creciente influencia en América Latina y el Caribe ("LAC").

Para los panameños, deshacerse de una dependencia casi total de los Estados Unidos abrió oportunidades financieras, de construcción y comerciales que encierran grandes promesas y desafíos sin precedentes. Dado que la génesis de Panamá como país y su desarrollo económico como nodo en el sistema de comercio global le debe mucho a Estados Unidos y su intervención en la región, es importante que Panamá tome un rumbo intermedio entre dos gigantes globales para encontrar una posición más ventajosa para sí misma.

Para comprender esta dinámica, los editores han encargado a académicos de Panamá y el Reino Unido que escriban capítulos sobre temas clave en las relaciones Panamá-China. El libro resultante se divide en dos secciones. La primera sección, que consta de tres capítulos, se centra en el contexto de la diplomacia Panamá-China. El primer capítulo, escrito por el profesor Chris Alden, analiza el debate sobre la diplomacia de la trampa de la deuda con una descripción analítica del papel de China en ese proceso en relación con el Sur global. El Capítulo Dos fue coescrito por Luis Carlos Herrera, Markelda Montenegro y Virginia Torres-Lista para brindar un panorama histórico de las relaciones de Panamá con Taiwán y la República Popular entre 1903 y 2017. En el capítulo final de la primera sección, Herrera y Alabama analizan el contexto de la batería de acuerdos forjados entre Beijing y Ciudad de Panamá en 2017 a raíz de sus nuevas relaciones diplomáticas.

La segunda sección, que consta de dos capítulos, trata sobre la esencia de estos acuerdos y sus probables consecuencias de política exterior. En el capítulo 4, Herrera et al., analizan en detalle cada uno de los principales acuerdos y las intenciones de las dos partes. El capítulo final 5 de Alden y el profesor Álvaro Méndez realizan un análisis comparativo entre países, prestando especial atención a la política de financiación del desarrollo de China y las prácticas de política exterior en un esfuerzo por identificar similitudes y diferencias en sus patrones de conducta dentro del sector y entre regiones. Utilizando fuentes primarias y secundarias, los autores proporcionan estudios originales de los casos de Costa Rica, Argentina, Malasia y Djibouti y su compleja relación con China.
Encuentran que el modus operandi de Beijing en estos países presenta similitudes reveladoras que pueden ayudar a comprender cómo opera en el Sur global, incluido Panamá.