Reseña

Maestro y teatrista, el autor de este libro sabe que el teatro es una extensión de la vida, pero que esta, a diferencia de aquel, no admite ensayos. Consecuentemente en sus páginas nos insta a vivir con intensidad, a saltar muros, a reconstruirnos y reinventarnos continuamente. El libro contiene un recuento fluido y sincero de su vida, un repaso donde, como todo buen teatro el hombre se enfrenta a sí mismo para visualizar dolores y alegrías, éxitos y contratiempos, frustraciones y esperanzas. El protagonista comprende que el teatro es uno de los signos más visibles de la cultura de la humanidad, por eso enseña y siembra arte en distintas partes del hemisferio, lo que le ha valido el calificativo de Maestro de América, coincidiendo con la idea de Federico García Lorca de que Un pueblo que no ayuda y no fomenta su teatro, si no está muerto, está moribundo.