Panamá en las crónicas del siglo XVI: Vasco Núñez de Balboa, Fernández de Enciso, Pedrarias Dávila, Pascual de Andagoya, Pedro Cieza de León, Gaspar de Espinosa.
¿Por qué releer las crónicas de Indias? Porque ellas inician el discurso
moderno de donde emerge el primer imaginario de la cultura americana
y porque dan cuenta de una nueva conformación geográfica,
política, económica, étnica y social del llamando Nuevo Mundo. Del
encuentro del europeo con algo totalmente extraño para él, América,
surgieron toda clases de leyendas y mitos, entre otros factores,
por intereses de los propios conquistadores que falsean la realidad,
pero también por la necesidad que sienten de explicar la experiencia
de algo nuevo desde referentes conocidos en el otro lado del Atlántico
al que pertenecían. En especial, el Istmo de Panamá, llamado en
aquella época la Comarca de Veragua, que iba desde el Cabo Gracias
a Dios hasta Urabá-Darién, luego, Castilla del Oro, despierta notable
atención por estos narradores del «cuento americano» para la Corona
española. Nuestro Istmo devino una posición geográfica de sumo
valor. Por aquí pasaría todo el oro, la plata y las perlas que irían hacia
España, al tiempo que se generaba un intercambio de conocimiento
diverso, especies, costumbres, etc. Un acercamiento a estos textos,
aplicando técnicas de análisis como las isotopías, los campos semánticos,
la intertextualidad… y la puesta en diálogo entre ellos, permite
profundizar en elementos conformadores de la cultura en que nos
reconocemos hoy. Sin dudas, las crónicas de Indias son textos fundadores
de nuestras letras, espacio al que siempre se vuelve… al que
siempre se ha volver.