La gran fiesta de Haly y sus camaradas
La gran fiesta de Haly y sus camaradas es la historia de una niña de ocho años, nacida en la provincia de Chiriquí, Panamá.
Haly, de ascendencia indígena, conoce en su natal Boquete a una niña ciega de quien aprende que para bailar solo hace falta sentir la música.
Haly es pura alegría: es chispa, juguetona, empática y muy curiosa. Bailar es una de las cosas que más disfruta hacer. Además, le encantan los animales, le fascina conocer y jugar con otros niños y niñas.
Un día, sus padres le informan que deben mudarse a la ciudad de Panamá por motivos de trabajo. A Haly le toca viajar junto con ellos y con su inseparable perrita Lola a la capital, donde vivirán nuevas aventuras.
Ya en la ciudad conoce a varios niños y niñas (sus camaradas) que la invitan a conocer otros mundos posibles. Por ejemplo, un vecinito sordo le muestra que para jugar con niños como él (que no pueden escuchar) solo basta con querer interactuar con otros niños y niñas con discapacidad auditiva.
Además, en la escuela conoce a una niña afrodescendiente que no puede caminar, pero que le enseña que para trabajar en equipo, todos los niños y las niñas son importantes.
En la academia de artes conoce a una niña con Síndrome de Down y a un niño con Autismo. Ambos le enseñan a Haly que el talento nunca es suficiente, que para ser mejor en lo que haces hay que practicarlo y ser disciplinado.
Así, en cada escenario, Haly comprende a través de cada uno de sus camaradas que todos los niños y las niñas son igualmente importantes y únicos en esencia. Y que más allá de las diferencias físicas y las discapacidades que puedan existir, lo que los une son las ganas de aprender, jugar, bailar, compartir e interactuar con otros niños y niñas. Esa es la semilla de su aporte a un mundo mejor.