Calixta
Me llamo Calixta Isabel Aguayo Ocampo. Mi nombre es soñado, y me gusta mucho. Llevo el apellido de mi madre, que también es el de mi abuelo, porque mi papá nunca se hizo cargo de mí, pero no le guardo rencor. Tengo en casa tres héroes: uno de ellos es mi abuelito, Antonio Aguayo Montes de Oca, a quien llamo «tata Toño». Está viejo y cansado, tiene un sombrero de ala ancha de color verde oliva, muchos lunares marrones en las manos y los ojos arrugados. Él me cuenta los mejores cuentos que existen y me hace soñar con paisajes lejanos. Trabaja duro en el monte sembrando yuca, maíz, frijoles y plátanos, y criando pollos. Algunas veces, cuando mi mamá no puede, mi abuelito me cuida, con la abuela Leila Ocampo, aunque mi abuelo es más divertido que mi abuela. Mi otro héroe es mi tío Ulises, que es grande y musculoso, con la fuerza de varios tigres de Bengala más la de Sansón y Aquiles, pero su fuerza proviene de su perseverancia, que está en el corazón. Mi tío me sostiene con un solo brazo y me da mi voltereta favorita, porque mi abuelito ya casi no puede. Mi otra heroína es mi madre, Esperanza Aguayo. Ella me dio la vida y me ama, eso me dice a cada rato, y también me lo demuestra. Trabaja noche y día sin parar desde antes de que yo naciera para darme un futuro mejor. No tenemos dinero ni bienes materiales, pero con ellos tres soy inmensamente feliz. Solo espero algún día conocer a mi papá.