La florestaerótica
INTRODUCCIÓN
Dislate en sol sostenido grávido 1707.
Soñar despierto es vivir fantasías que no siempre son realidades. En el envés de la hoja de orégano veo: Gaviotas sonrientes devorando peces voladores, murciélagos perezosos fumando en pipa los misterios de la noche, zopes patas arriba en un poema de Dalton, ojos de búhos asesinos blasfemándole a la luna, piel de cocodrilo envuelta en huevo podrido, queso albino vomitado por vacas locas, fantasmas de luz negra destruyendo el proscenio, caracolas despreciadas anegadas en sexo, bosques encantados sobre la línea de un tren austral, faros salinos de ensueño poblados por sirenas afónicas, tererés exóticos con sabor a Limpio, ónfalos psicodélicos sobre planos inclinados, bigotes ausentes de sexos depilados y de labios leporinos, miras telescópicas de miradas ciegas, engranajes moledores de sacarinas asesinas, tubos catódicos de rayos sintéticos calcinantes, el torso decapitado y sin piernas de Dalí enamorado de Picasso, el oído absoluto de Charly García en la oreja de Van Gogh, planos cartesianos clonados con pendiente negativa, un camino al cielo pintado de clorofila, al final, en mi paladar un café pintado con chingaste marca mi olfato y asesina mi estómago. El amanecer es insomne e incierto para este pájaro azul que reina en un tatú de mi corazón.
Willo Cucufate.
(el obrero que escribe).