Lo que me ha dado la noche
La pasión que se abre paso a temprana edad de modo irrefrenable, explosivo en ese punto donde las sensaciones redescubren la perspectiva carnal permanece como eje en el sentido deestas historias, hilvanadas por el deseo de contar, y contar bien. El florecimiento de jóvenes que juegan desnudos en la complicidad del mar, aman los caballos, se enamoran a la deriva y cuestionan el precio del amor y de ellos mismos bajo la mirada de demonios que circundan acechantes nos introducen en ámbitos complejos donde el dominio, la posesión, el espanto y la muerte vuelven como temas que parecen nunca agotarse:“A dónde irán los caballos”; “El mar y la fogata”, “Nadie escapa de la lluvia”, “La llama en la boca”, “De veras el azul”, “Lo que me ha dado la noche”, “No me miren por dentro” y “Todos los gatos son negros” dejarán sin duda la honda impresión de asomarnos a ese arriesgado límite donde realidad y ficción se convierten en un abismo atrayente y fatídico.