Cuarto informe - estado de los recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura en Panamá
El sector agropecuario, principal usuario de los recursos Fitogenéticos, ha experimentado una caída en su dinámica, con contracciones importantes durante el período del 2008 al 2012 y con un crecimiento sectorial, muy por debajo del resto de la economía, aunque no se desestima su importancia por el aporte en la seguridad alimentaria y el desarrollo social de las comunidades rurales y apartadas del país.
Según los datos recopilados en los Censos Agropecuarios realizados en los años 2000 y 2011, en este periodo se observó una reducción de 70,687 hectáreas, indicando una tendencia a la baja en la superficie utilizada en la producción de alimentos de origen agrícola y pecuario, denotando un decaimiento importante en la superficie de siembra de los principales cultivos y una disminución de las exportaciones del sector agropecuario.
Panamá es considerada como una de las regiones del planeta con mayor diversidad biológica, con más de 5,000 especies por cada 10,000 km2. Es considerado vigésimo octavo país con mayor diversidad biológica a nivel mundial, sin embargo, en proporción a su pequeño tamaño ocupa el décimo lugar.
Con relación a la flora de Panamá, la diversidad estimada es de unas 10,444 especies de plantas; de estas, 9,520 son vasculares, 17 especies de gimnospermas, unas 938 especies de helechos y aliados y 796 especies de musgos y aliados. Muchas de las especies nativas resultan ser de interés por su uso, por ejemplo, se conocen más de 100 especies de árboles de los cuales se obtiene madera y otros productos forestales; además, numerosas especies son utilizadas como alimento, estimulantes, fibras, o como materia prima para la elaboración de artesanías y medicamentos.
Como se ha anotado anteriormente, los cultivos principales en Panamá son el arroz, el cual se constituye en la base de la alimentación de la población panameña, seguido del maíz, el cual es sembrado con dos mercados objetivo, el de consumo humano para el abastecimiento de la industria de alimentación, que elaboran una serie de comidas típicas panameñas, la cual es abastecida en su totalidad por el maíz producido localmente, y el segundo mercado objetivo para la alimentación animal, el cual es complementado con importaciones de grano.
Estudios realizados en la región centroamericana y Panamá, indican la tendencia a la reducción de la biodiversidad, debido a los principales factores que afectan los índices de Biodiversidad, demostrando que esta variabilidad genética es posible conservarla de una manera racional, en las regiones que son declaradas como áreas protegidas, por lo que Panamá ha desarrollado un esquema legal que sirve como herramienta para evitar el deterioro de la biodiversidad en los diferentes ecosistemas a nivel nacional.
De las modalidades existentes para la conservación de germoplasma vegetal, la más utilizada en Panamá es la conservación ex-situ, que es utilizada por el IDIAP y la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad de Panamá, instituciones que a nivel nacional manejan germoplasma en sus esquemas de trabajo, entre los que se incluyen programas de mejoramiento genético.
La conservación de este germoplasma se hace a través de colecciones de cultivos, los cuales son manejados de manera no centralizada, generalmente por los investigadores responsables de los proyectos que involucran los diferentes cultivos, y se confrontan problemas de infraestructura que permita la conservación del material colectado en plazos mayores de dos años, específicamente de semillas de tipo ortodoxo, debido a la falta de recintos de almacenamiento con las condiciones mínimas necesarias para su conservación a mediano plazo, lo que está provocando la perdida acelerada de las colecciones existentes.
Panamá cuenta actualmente con un número significativo de cultivares de diferentes especies, que son conservados en Bancos de Semilla, colecciones in vitro y colecciones de campo, en los diferentes campos experimentales a nivel nacional.
La conservación in situ, no es una modalidad de uso muy extendido en Panamá, a excepción de algunos ejemplos que se tienen en las Comarcas indígenas, que debido a la cultura de estos grupos étnicos, tienden a mantener poblaciones de plantas de usos diversos que son utilizados como alimentos, medicina o para la elaboración de herramientas o artesanías, algunas de las cuales presentan un alto índice de endemismo; sin embargo, debido a la culturización occidental de estas poblaciones, muchas de estas especies están tendiendo a desaparecer, como consecuencia de la pérdida de la cultura de uso.
Se confrontan deficiencias en el tema de la documentación del germoplasma vegetal que se conserva en las diferentes colecciones con que cuenta el país, existiendo información dispersa almacenada, generalmente por medios electrónicos de diferentes formatos, que es manejada por los investigadores que son responsables de los proyectos que incluyen los distintos cultivos, requiriendo dotar de las herramientas necesarias para sistematizar y uniformizar la información existente de los diferentes cultivos. Se hace necesario dotar de mayores recursos a las instituciones encargadas del proceso de conservación de germoplasma vegetal de interés para la alimentación y la agricultura, para garantizar a través del tiempo la existencia de fuentes de variabilidad genética que permitan enfrentar los problemas emergentes en la producción agropecuaria.
En el aspecto legal, Panamá cuenta con una plataforma legal que puede permitir el desarrollo de la actividad de conservación y uso, tanto de la biodiversidad, como de los recursos fitogenéticos para la agricultura y la alimentación; sin embargo, se experimentan deficiencias en la aplicación de estas leyes lo que redunda en la asignación limitada de los recursos necesarios para la realización de las actividades encaminadas a garantizar la conservación de los recursos fitogenéticos.
El país cuenta con dos instituciones las cuales atienden el tema de conservación y uso racional de los recursos genéticos, organizadas programáticamente para atender la demanda tecnológica en este tema, contando con el Programa de Investigación - Innovación en Recursos Genéticos y Biodiversidad (PIIRGEB), del IDIAP, el cual cuenta con tres sub-programas y como parte fundamental, varios proyectos con objetivos encaminados al uso y la conservación de la diversidad genética animal y vegetal.
Como complemento, Panamá, mantiene vínculos con los principales Organismos Internacionales que atienden el tema de la Biodiversidad y los Recursos Fitogenéticos, además de participar en las diferentes redes, que manejan el uso de los recursos fitogenéticos a nivel regional, tal como CLAYUCA, FLAR y otras redes con objetivos de carácter mixto, entre el interés público y la actividad privada, y forma parte además de la Red Mesoamericana de Recursos Fitogenéticos (REMERFI), con una orientación hacia la identificación, caracterización y conservación de los recursos fitogenéticos, que aglutina a las instituciones de investigación agropecuaria de la región Mesoamericana.
Se hace evidente que es necesario capacitar profesionales de las ciencias agropecuarias y a afines, en el tema de la conservación de los recursos fitogenéticos, para garantizar la disponibilidad de las fuentes de genes existentes en la gran diversidad genética vegetal de Panamá, para contribuir de esta manera a enfrentar de manera exitosa los retos emergentes producto del endurecimiento de los efectos del cambio climático a nivel nacional y global.