¡No quiero estudiar!
¿Para qué estudiar si tus tareas las hace ChatGPT? ¿Para qué estudiar si no vas a ser millonario instantáneamente? ¿Tu hijo te ha hecho estas preguntas? O acaso, ¿eres el adolescente que se siente identificado con esas preguntas? ¿Y si el estudio no fuera solo para tener respuestas, sino para aprender a hacer buenas preguntas? En este libro, escrito por alguien con dos doctorados, una carrera empresarial activa y más de diez años metido entre aulas, pizarras y cafés fríos de biblioteca, se defiende la idea loca —y un poco rebelde— de que estudiar sigue siendo un acto de libertad existencial. Aquí no encontrarás fórmulas mágicas para el éxito, pero sí aprenderás a apreciar el valor del conocimiento en toda su profundidad, tanto el que se obtiene en la calle como el que viene del contacto con mentores, profesores y enciclopedias. Todo lo encontrarás explicado de forma simple, con base en la experiencia vivida y la evidencia científica. Porque, aunque el mundo parezca premiar lo fácil, lo inmediato y lo viral, hay una sabiduría que solo llega cuando se insiste… y se estudia.