El animal oscuro que nos habita
Editio Princeps
En un tiempo ruin el artista se transmuta y cambia de oficio. Mejor dicho, atisba el sol desde otra esquina. O baja al mar y se zambulle en otro río. O lo que es parecido, permuta el lenguaje visual por el de las palabras, que es lo mismo o casi igual, como diría el poeta cubano que canta.
Así, el pintor, escultor, dibujante, grabador y caminante, se convierte en poeta. En otras palabras, el poeta que trabaja sobre superficies y tridimen-siones, ahora se expresa a través del verbo poético y de la musicalidad escritural. Y a fe que lo logra muy bien. Es el animal oscuro que se auto habita, o tal vez mejor, el oscuro animal que nos incita.
Y sorprende con su versar desde el aquí, sin promesas ni eternidades, sino con palabras certeras en un nombrarse nombrando lo amado y lo que deba desamarse. Es tiempo de transición y los oficios deben reunirse para cantar el desastre o la luna nueva. Manuel Montilla, cual chamán posmoderno, lo está haciendo. Y nos convida a su aquellarre, a su enjambre de inquietudes y marcas a hierro porque el gozo del canto es urgente y desea compartirlo. ¡Enhorabuena!
(Adriano Corrales Arias - Costa Rica)